El conjunto eibarrés se empleó desde el inicio con la misma contundencia defensiva que ya en su anterior comparecencia en Ipurúa llegó a comprometer el liderato del Ciudad Real, con Malumbres muy entonado bajo los palos y rápidas combinaciones en ataque para desarbolar el 6-0 visitante.
De esa manera llevó la iniciativa en el marcador durante todo el primer periodo, aunque hasta el minuto 13 no adquirió la primera renta de más de un gol (7-5), coincidiendo con el estreno anotador de Viatcheslav Kobine. El ruso, inconmensurable hasta el descanso, materializó 6 de sus 8 intentos y fue el artífice de sucesivas ventajas de hasta tres goles para el equipo guipuzcoano frente a un Barcelona sin demasiadas ideas en ataque y que dependía de acciones individuales de Iker Romero, Cañellas y, sobre todo, Juanín García.
Aunque en el minuto 24 los visitantes lograron igualar el encuentro después de ir mucho tiempo por detrás (12-12 y luego 13-13), un último arreón albiazul, con un parcial de 4-1 merced a tres goles de Kobine y uno último al contraataque de Salaberria, conllevó la clara ventaja del Arrate (17-14) camino de los vestuarios.
La segunda mitad fue diferente, con un Barcelona que regresó a la cancha consciente de lo que se jugaba y que en apenas cuatro minutos volteó el resultado y adquirió su primera ventaja en el choque, tras un rápido parcial de 0-4, a través de tres contragolpes y una acción de Vori en los seis metros. El Arrate apenas anotó dos goles en los 14 minutos de la reanudación, ante la más consistente defensa culé, pero a pesar de todo los eibarreses también seguían defendiendo bien y el encuentro entró en una fase de equilibrio que ya se prolongó hasta la conclusión del choque.
Un penalti transformado por Iker Romero y un rápido gol posterior de Víctor Tomás pareció decantar el encuentro del lado barcelonista, con poco más de tres minutos por delante, pero el Arrate mantuvo la fe en siquiera puntuar y cuando Davor Cutura, a falta de un minuto, colocó el que habría de ser definitivo 27-28 en el marcador al Barcelona le temblaron las piernas.
Iker Romero lanzó fuera y, con 17 segundos por delante, y el Barcelona en inferioridad numérica por la exclusión de Cañellas, el técnico local, Viktor Debre solicitó tiempo muerto a fin de preparar el última ataque. A pesar de prescindir del portero Malumbres -uno de los mejores del partido-, para jugar en ataque siete contra cinco, la desesperada presión barcelonista le impidió lanzar, forzando apenas una falta que, ya con el reloj a cero, conllevó el disparo de Davor Cutura y la parada salvadora de Venio Losert.
Moltes gràcies, gracias, thank you
Hace 6 años
1 comentarios:
Deben conseguir la tercera plaza sino la temporada será un fracaso, pese a ganar la Copa del Rey.
Está claro que ya no es el Barcelona triunfador en Europa de hace unos años. Paciencia.
un saludo
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