El Barça llegaba a Valladolid con Henry y Abidal como grandes ausencias y con el golpe de efecto del Real Madrid en Mestalla (1-5) todavía flotando en el ambiente. A las bajas de los franceses se sumó a última hora Oleguer aquejado de una gastroenteritis por lo que Puyol tuvo que volver al lateral derecho dejando a Márquez y Milito como centrales. Sylvinho sería el lateral izquierdo.
En la delantera, Rijkaard apostó por el joven Bojan quien, con solo 17 años, partía por segunda vez como titular en el Barça y lo hacía por fin ubicado en su posición natural: delantero centro.
Por su parte Ronaldinho, en el ojo del huracán toda la semana, volvía a la banda izquierda con el reto de acallar las voces que cuestionan su rendimiento día sí y día también.
El rival, un Valladolid sin estrellas y penúltimo clasificado, parecía la víctima idónea para que el Barça y su estrella lavaran la mala imagen dada ante el Almería el pasado domingo en el Camp Nou.
SALIDA EN TROMBA DE LOS LOCALES
Pero los castellanos, que habían aceptado ese papel secundario en la previa, salieron a comerse la hierba en cuanto el árbitro pitó el inicio.
A los tres minutos Sesma ya avisó en un tiro demasiado cruzado que bien pudo ser gol. La réplica la dio Messi con un gran pase a la espalda de la defensa al que no llegó por poco un motivadísimo Bojan.
Fue un espejismo porque a partir de ahi el Barça desapareció. Ahogados por la extenuante presión de los de Mendilíbar, los azulgrana no encontraban la manera de llegar hasta el portero Alberto y veían como los locales llegaban al contraataque con mucho peligro gracias a las galopadas de Sesma y Sisi.
Por si esto fuera poco, un Márquez muy descentrado, regalaba balones como si fuera Papá Noel en Nochebuena. En una de estas a punto estuvo de marcar Sisi pero su disparo lo desvió muy atento Valdés. Y en la siguiente jugada llegó el tanto local. Un balón enviado por Sesma desde la banda se paseó por la frontal del área y Llorente, muy atento, batía a Valdés después de que el balón rebotara en el portero (1-0, '15).
El gol dejó tocado al Barça que, muy desdibujado, veía como un recién ascendido se le subía a las barbas. Ni Xavi ni Iniesta encontraban a Bojan, muy activo pero sin suerte. Ronaldinho lo intentaba pero seguía como últimamente, es decir, fallón y sin brillar. Y el tercer hombre, Messi, se diluía en la banda sin apenas aparecer.
Y mientras tanto las ocasiones caían del lado local. En el tiempo que el Barça ni siquiera llegaba a inquietar a Alberto, los pucelanos ensayaban hasta tres tiros lejanos bien resueltos por Valdés, seguramente el mejor blaugrana del partido.
Pero Ronaldinho se resiste a que se apague su estrella. Un gran pase de Xavi, uno de esos que se saca el de Terrassa de la chistera de tanto en tanto, dejaba solo a Ronnie para que el brasileño batiera con solvencia a Alberto (1-1, '41).
Era un tanto triplemente psicológico; por el momento en que llegaba, por ser el primero de Ronaldinho en jugada este año y porque llegó como le gusta jugar a este equipo, triangulando, peloteando.
En la segunda parte cambió el guión. Algo debió decirles Rijkaard a los jugadores porque salieron mucho más metidos en el partido, con más garra y con convicción a por la victoria.
El mejor ejemplo del cambio lo escenificó Bojan. Un disparo demasiado cruzado primero y un trallazo al palo después dejaron al Valladolid tiritando y no de frío precisamente. Y demostraban que el canterano está llamado a ser un '9' con mucho futuro.
Al cuarto de hora, Rijkaard colocaba a Zambrotta por Márquez quizá buscando más profundidad por las bandas. Y lo consiguió porque entre el italiano y Sylvinho, bien lanzados por un Ronaldinho que va cogiendo el tono poco a poco, demasiado poco a poco, e hicieron recular al equipo local. Sólo un remate de cabeza de Sesma que paró con apuros Valdés puso en dificultades a la defensa azulgrana.
El Barça quería los tres puntos. Gudjohnsen entró por Touré Yaya, lesionado tras recibir un pisotón de Sisi. Un cambio delicado pues el marfileño había estado muy acertado tapando huecos en la medular. Al filo de la media hora Rijkaard daba entrada a Giovani por Bojan para darle oxígeno al ataque.
Pero, irónicamente, los cambios le quitaron fuelle al Barça y la mejores ocasiones cayeron del lado del Valladolid. Un gran pase de Sesma a Víctor no fue gol porque Valdés se tiró a los pies del delantero. Y minutos después el propio meta del Barça volvía a salvar el gol en un uno contra uno con Sesma cuando la grada ya cantaba el tanto.
El Barça estaba fundido y necesitaba un revulsivo que lo metiera en el partido y ese fue de nuevo Ronaldinho quien, en un alarde parecido a los que solía regalar antaño, se plantó en el área y fue derribado por García Calvo. Un penalty claro que el colegiado Velasco Carballo se comió señalando córner.
No hubo tiempo para mucho más. El Barça buscó el gol a la desesperada pero ya era demasiado tarde. Empate que sabe a poco ante un rival llamado a pelear por no descender y solo dos detalles para el optimismo: la leve mejoría del autor del gol, Ronaldinho, y el buen partido del joven Bojan.
El Barça sigue segundo pero a cuatro puntos ya del Real Madrid. Mucho tiene que mejorar si quiere pelear por el liderato.
Moltes gràcies, gracias, thank you
Hace 6 años
3 comentarios:
Partido gris del barça que debe servir para saber lo que no se debe hacer. Esperemos que no dure mucho este juego.
Saludos
Penalty clarísimo no pitado, eso es cierto
Mal, muy mal. El BArcelona jugó el peor partido de la temporada. Sigue flojo a domicilio. Al menos, Ronaldinho marcó.
un abrazo.
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