martes, 6 de mayo de 2008

¿Y AHORA QUÉ? LA VERGUENZA DEL BASKET

Están pidiendo teléfonos a personas ajenas al club para tratar de establecer contactos. Esta es la situación del basket barcelonista en estos momentos. No hay ni agenda. Hablar de estructura actual o proyecto futuro es un simple chiste cuando el caos es absoluto. La negativa de Ettore Messina, cada vez más lógica a medida que se van conociendo los motivos, ha desbaratado el dibujo de un futuro que amenaza con estallar incluso antes de su nacimiento. Sin Savic, sin entrenador para la próxima temporada y con una mayoría de jugadores ya en la puerta, las decisiones debieran ser múltiples e inmediatas. Pero estas no llegan. Josep Cubells ha asumido todo el protagonismo directivo –y Francesc Solanellas, el ejecutivo–, pero el conocimiento de ambos del mundo del basket es muy limitado y el poder del dirigente en la Junta de Joan Laporta nulo, por lo que las decisiones se retrasan y la parálisis amenaza incluso la supervivencia de la sección.

El ‘caso Messina’ es esperpéntico. El técnico italiano, que cobrará la próxima temporada 2.300.000 euros netos en el CSKA, había aceptado fichar por el Barça por exactamente la mitad, pero se encontró sin interlocutor cuando Savic se alejó del día a día y algunas de sus llamadas al club incluso se quedaron sin respuesta. “No conozco a nadie del Barça”, llegó a explicar a un amigo español, también entrenador. De forma similar se perdió la posibilidad de fichar a Smodis y Gallinari. Al primero se le pudo atar –con el visto bueno y hasta la complicidad de Messina– durante su lesión, pero el silencio oficial blaugrana abortó también la operación.

Sin recursos

La situación obliga a fichar urgentemente a un director deportivo, que trabaje para la próxima temporada y que tenga números de teléfonos, pero tampoco se ha dado ningún paso en este sentido porque se espera al final de temporada, o por lo menos esa es la excusa. Y contratar un entrenador parece ya una quimera para quién ni siquiera sabe dónde está. Hay contactos con Svetislav Pesic –al que Laporta cesó en el espectacular sainete que fue todo el tema Valero Rivera– porque el serbio no se cansa de llamar al Palau y se sigue, desde hace ya un par de temporadas, a Sergio Scariolo, pero el resto del mercado no es conocido por quien debe ficharlos. David Blaat no puede fichar porque es seleccionador ruso y existe incompatibilidad con la reglas ACB y Pepu Hernández y su entorno ni siquiera saben quién es el responsable del basket blaugrana.

En esas condiciones va a afrontar el Barça unos meses complicados. Deberá clasificarse por delante del DKV Joventut en la ACB para ganarse una plaza en la próxima Euroliga y, sobre todo, deberá construir un futuro creíble, primero para los jugadores que puedan llegar y después para los aficionados barcelonistas, que asisten con estupefacción al desconcierto de sus directivos, que no han reaccionado ni siquiera ante la pérdida de Messina.

1 comentarios:

Alba dijo...

Bueno, un buen marron que tiene Laporta en el Palau Blaugrana con la sección de básquet. A ver como se soluciona.
Saludos