El Barça no jugará la Champions de balonmano

En una tarde emotiva en el Quijote Arena tuvo que ser el croata Dzomba, que se despedía de su afición después de tres temporadas, el que sentenció el encuentro al final al transformar un penalti y mantuvo el invicto del equipo manchego en su pista, donde no pierde desde el 1 de diciembre de 2004 precisamente ante el cuadro catalán (30-36).

Tras lograr el campeonato en Antequera el conjunto de Talant Dujshebaev quería despedirse con un nuevo triunfo, ante su gente, ante un rival que se jugaba una plaza para poder entrar en la Liga de Campeones.

De tal manera, el Ciudad Real, pletórico, salió lanzado con su defensa 5-1 y con un ataque muy preciso para situarse con un 3-1 (m.5) y un 4-2 (m.7).

Pero el Barcelona aprovechó las exclusiones casi consecutivas de Zorman y su mejoría en defensa para cerrar las líneas de pase sobre los pivotes Uríos y Prieto para igualar a siete y adelantarse en el marcador hasta por tres goles (12-15), aunque al descanso se llegó con uno de ventaja para los azulgrana (15-16).

El intercambio de tantos con el que se inició la segunda mitad benefició al Barcelona (16-20, m.34), pero el Ciudad Real no se entregó y no tardó en devolver un parcial de 3-0 para equilibrar la contienda y situar un 20-21 que tuvo su continuidad en la siguiente fase.

El encuentro se encaminó hacia el final sin que ninguno diera muestras de poder decantar el choque a su favor, así que a falta de dos minutos y medio Víctor Tomás estableció un emocionante 31-31.

Uríos y Skrbic firmaron las tablas a 32 y cuando faltaban seis segundos se produjo una falta de Nagy sobre Entrerríos que provocó una roja descalificante para el húngaro y el último tanto de Dzomba que selló el 33-32.