¿Respeta Ronaldinho al Barça?

Este es el titulo de la siguiente columna de Emilio Pérez de Rozas en el diario Sport.

"El otro día me enteré de que el alma pesa 21 gramos. O eso descubrió un médico americano, llamado Duncan McDougall, tras descubrir que el cuerpo humano perdía exactamente ese peso en el momento de la muerte.

Pensaba en ese detalle, absurdo, si quieren, cuando oí a Joan Laporta pedir “respeto” para Ronaldinho, en otro tiempo, sí, el alma del Barça, del club, del equipo, del ‘círculo virtuoso’.

No deja de ser curioso que quien no respeta ni a su propio chófer pida ahora respeto para Ronaldinho cuando, si de algo ha estado sobrado Ronnie, durante sus meses de invernación, ha sido de respeto. Nosotros, a lo más que hemos llegado, es a decir que está gordo. Y es verdad. Eso, ahora, lo denuncia ya hasta TV3, que es socia del Barça. Si acaso, el primero que se ha perdido el respeto a sí mismo es él, que se ha dejado llevar por la indiferencia.

Alguien que se convierte en el alma de un equipo, de un sueño, no puede abandonarse así. E, insisto, nada de lo que le ocurre a Ronnie es culpa de los demás aunque, a decir verdad, un poco menos de reverencias por parte de Laporta&cía no le hubiesen ido mal.

Ronaldinho ha desaparecido del mapa y muy pocos lo encuentran a faltar. Ya no veo a su hermano vendiendo el producto. No tiene comprador. Ni a Rijkaard, que lo metió con calzador ante el Madrid comprometiendo el título de Liga, y mucho, reclamando su presencia. Tampoco oigo a ningún compañero diciendo que lo esperan. Ya lo dijeron.

Nadie tiene explicación para lo que le ocurre. Y si la tienen, no pueden contarla. Ni siquiera él que, en su primera crisis tras dejar de ser el profeta, se atrevió a anunciar que “cuando el Barça me necesite, ahí estaré”. Ya no lo dice. ¡Y piden respeto para él! ¿Qué respeto ha tenido él con el club que lo encumbró?

Si vuelvo hablar de Ronnie, que no era mi intención, es porque me sorprende que Laporta pida respeto por su estrella cuando, lo que tendría que hacer, es explicar lo que está pasando.

Ronnie era el alma de este equipo y, desde hace ya un montón de meses, parece importarle muy poco haberse convertido en los 21 gramos más prescindibles del barcelonismo.

Alguien debería recordarle, no sé, Laporta, por ejemplo, que los futbolistas se ganan el respeto sobre el césped y lo pierden fuera de él."


Totalmente de acuerdo,si se mimase menos a los jugadores,otro gallo cantaria.