El Milan sigue sin conocer la victoria en casa en la Serie A y ayer cedió el segundo empate al amparo de su afición –el tercero de la temporada– frente al Parma (1-1). Los ‘rossoneri’ obtuvieron ayer el mismo resultado que en las dos anteriores jornadas, contra la Fiorentina y el Siena, con lo que el espectacular arranque de temporada en el campo del Genoa (0-3), hace casi un mes, se ha quedado en un mero espejismo.
Ayer, contra un Parma que tendrá problemas para mantener la categoría, los campeones de Europa volvieron a las andadas. Pese a las novedades de Bonera en el eje de la defensa, de Brocchi en el centro del campo y de Inzaghi en punta –se esperaba que jugase inicialmente Gilardino–, el Milan acusó el cansancio del partido del martes contra el Benfica. A los ‘rossoneri’ les faltó frescura y Kaká pareció contagiarse de la falta de ritmo de sus compañeros.
La falta de fondo físico hundió a los ‘rossoneri’ en favor de un Parma que derrochó esfuerzo en el centro del campo y que se fue creciendo a medida que transcurrían los minutos. Ni el gol de Seedorf, en el último minuto de la primera parte tras una combinación entre Kaká e Inzaghi, hundió a los emilianos, que en la última media hora de juego llegaron con mucha claridad sobre los dominios de Dida. Por fin en el minuto 73, con el gol de Pisanu a centro de Reginaldo, se hizo justicia a los méritos del Parma, aunque bien es cierto que en los instantes finales el Milan encerró a su rival en el área y a punto estuvo Gilardino de romper las tablas.
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Hace 6 años
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