domingo, 10 de mayo de 2009

De cómo se gestó la Copa de Europa


Escrito el 04 Marzo 2009 por Tomeu Perelló

Primavera de 1955, un hotel de París. En un lado de la mesa, Gabriel Hanot, director de L’Equipe. En el otro, Santiago Bernabéu, entonces presidente del Real Madrid, y Raimundo Saporta, que ejercía de traductor. El asunto, tratar y dar forma a la idea que el prestigioso diario francés había lanzado al aire: la creación de un gran campeonato continental. La Copa de Europa daba su primer paso. Pronto se unirían los demás.

Copa Latina y Copa Mitropa
Hasta ese momento, eran dos las competiciones de clubes en las que se ponía en juego la supremacía en Europa. Por un lado, la Copa Latina, creada en 1949, y que enfrentaba a los campeones de Portugal, España, Italia y Francia. Milan, Barcelona y Real Madrid fueron los dominadores, con dos títulos cada uno.

Por el otro lado, la Copa Mitropa, reservada a clubes de la Europa central, nacida mucho antes, concretamente en 1927, con lo que gozaba de mayor prestigio. Rapid de Viena, Ujpesti, Ferencvaros, Austria Viena y Sparta de Praga se repartieron casi todas las victorias.

La importancia de L’Equipe
En 1954 el Wolverhampton, campeón de la Premier, recibió y derrotó en su estadio al Honved de Budapest y al Spartak de Moscú, dos de los equipos del momento, en sendos partidos amistosos, lo que llevó al Daily Mail a proclamarle “campeón del mundo de clubes”.

Gabriel Hanot, más tarde creador tambien del Balón de Oro, respondió desafiante al diario inglés: “Antes de decir que el Wolverhampton es invencible, tendrían que viajar a Moscú y a Budapest. Además, hay otros grandes equipos en Europa como el AC Milan o el Real Madrid CF. Puesto que se va observando el buen nivel de los equipos, habría que hacer un campeonato del mundo, o al menos uno a nivel europeo con más prestigio que la Copa Mitropa.. Es algo necesario…”.

Al día siguiente, L’Equipe publica un editorial de Jacques de Ryswick, su jefe internacional, aceptando el desafió. Hanot, entonces, se reúne con sus compañeros y comienza a diseñar el proyecto de una competición donde los campeones de Liga de los respectivos países puedan disputarse la hegemonía del fútbol continental.

Santiago BernabéuEn ese momento resultó vital la aparición de Santiago Bernabéu. Ante la falta de consolidación de la UEFA, creada unos meses antes, y la indiferencia de la FIFA, Hanot y los suyos contactaron con los dirigentes de los clubes más importantes del continente. El presidente del Real Madrid, uno de los equipos más potentes del panorama mundial, fue quien más apoyó la nueva idea, pues vislumbró una competición con mucho margen de crecimiento, y que podría engrandecer a su propio club. También el Anderlecht mostró todo su apoyo, exigiendo, eso sí, que los partidos se jugaran entre semana para que no interfiriera en las ligas locales.

Ante la importancia que estaba tomando el asunto, Ebbe Schwartz, entonces presidente de la UEFA, acabó cediendo, aunque impuso la obligación de que en el nombre de la competición no apareciera el nombre ‘Europa’, para evitar que restara protagonismo a la competición de selecciones; nació asi la Copa de Campeones de Clubes Campeones Europeos.

Sin sorteo
Para la primera edición se decidió crear una competición que se jugaría por un sistema de eliminatorias directas y a la cual acudirían 16 clubes invitados por una comisión creada para tal efecto. Dicha comisión negocio los primeros emparejamientos del torneo, que no fueron sorteados, y que debían enfrentar a los equipos de la siguiente manera:

* Chelsea (Inglaterra) - Djurgardens (Suecia)
* Real Madrid (Espanya) - Servette (Suiza)
* AC Milan (Italia) - Saarbrucken (Sarre)
* Roth Weiss Essen (Alemania) - Hibernians (Escocia)
* Voros Logobo (Hungria) - Anderlecht (Belgica)
* Stade Reims (Francia) - Copenhague (Dinamarca)
* Rapid de Viena (Austria) - Holland Sport (Paises Bajos)
* Partiz’an de Belgrado (Yugoslavia) - Sporting de Lisboa (Portugal).

Para los próximos años, sin embargo, se aceptó que únicamente acudieran a la competición los campeones de cada país, así como que los enfrentamientos se decidieran por sorteo. También se pretendía que la final se disputase cada año en el campo del equipo campeón, pero el encadenamiento de títulos por parte del Real Madrid hizo que se tuviera que variar esa idea.

Todo a favor
Después de contar con el apoyo de los grandes clubes, y sus respectivos dirigentes, y con la aprobación de la UEFA y la FIFA, sólo faltaba el apoyo mediático para rentabilizar la Copa de Campeones. De hecho, Jacques Ferran, uno de los compañeros de Hanot en L’Equipe y de los que más le ayudó en su empresa, siempre aseguró que su objetivo era “que se jugara al fútbol más días, para poder vender más periódicos a mediados de la semana”.

Pero, tal y como sucede hoy en día, la televisión tomó un papel primordial. Por aquel entonces se acababa de crear Eurovisión, la unión de televisiones europeas, y desde su comienzo dio todo el apoyo a la nueva competición, conocedora de que se trataba de un producto de máximo interés para retransmitir, olisqueando el negocio. En poco tiempo, la cantidad de telespectadores deseosos de comprobar la supremacía futbolística de su equipo en el Viejo Continente se multiplicó a números exagerados.

Quizá en ese momento Hanot no era consciente de ello, pero acababa de aparecer, bajo su tutela, la competición de clubs más importante del mundo.

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