Joan Mª Batlle
Once años después, el Barça vuelve a jugar una final de la Copa. Son muchos años sin aspirar a un título que el Barcelona ha prestigiado como nadie. No en vano, tiene veinticuatro trofeos en el Museu. Posiblemente, para los aficionados más jóvenes éste no es el trofeo más atractivo. Pero la historia del fútbol y la del propio Barça dice todo lo contrario. La Copa ha sido el título que ha permitido al club ser, también, el rey de la Recopa en Europa. La Recopa, sí, la Recopa. Acordémonos de las Recopas, que un día fueron grandes y hace diez años mataron para engordar el negocio de la Champions. Cuatro tiene el Barça. Acordémonos de Basilea’79, posiblemente el punto de arranque del ‘Barça triomfant’ que ahora conocemos. Allí empezó una nueva época para el barcelonismo, la época de los desplazamientos masivos por Europa en busca de unos trofeos que anteriormente se le habían resistido, la época de una grandeza deportiva como jamás antes se había conocido.
Y sí, para hablar de las Recopas antes hay que hablar de las Copas. Por ejemplo, para que Basilea 79 fuera una realidad, en el 78 hubo que ganar la Copa al Las Palmas, en el último partido de Cruyff como jugador blaugrana. Y para ganar otras Copas hubo que partirse la cara contra el centralismo de la época en la final de las botellas. Y hubo que vivir momentos épicos como el gol de Alfonseda al Valencia, en el 71, o el de Marcos al Madrid, en el 83. La Copa es mucha Copa, hay que ganarla.
Moltes gràcies, gracias, thank you
Hace 6 años
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