lunes, 16 de junio de 2008

Boston recupera su lugar en la elite


El equipo con más títulos de la historia en la NBA pertenece a un mercado pequeño (Boston apenas supera los 500.000 habitantes) y no se cuenta entre los diez más rentables de la Liga en términos económicos, según los datos que anualmente ofrece la revista Forbes. Al contrario que los Lakers, una franquicia con un potencial comercial y de penetración líder en la liga estadounidense, los Celtics basan su éxito en una tradición y una historia que sigue alimentando mitos incluso 22 años después de haber conquistado el último título. Su presencia en la final del 2008 ha supuesto apurar el último intento de reconstrucción del equipo y cierta recuperación de un prestigio totalmente perdido para las nuevas generaciones.

El movimiento clave en el proceso de crecimiento actual de los Celtics es la compra de la franquicia en septiembre de 2002 por parte de un grupo empresarial (Boston Basketball Partners) encabezado por Wycliffe Grousbeck, un hombre de negocios procedente de las finanzas y el capital riesgo que se embarcó en la aventura del baloncesto después de haber fracasado en sus intentos de comprar equipos de béisbol o hockey sobre hielo. Grousbeck pagó 360 millones de dólares al anterior propietario, Paul Gaston, cuyo padre había adquirido una mayoría accionarial en 1983 por 19 millones. Gaston estaba cansado de los fracasos y las desgracias vividas en el intento de regresar a la élite. Primero fue el fallecimiento en extrañas circunstancias del número dos del draft, Len Bias, en 1986, el hombre destinado a liderar la renovación y coger el testigo de Larry Bird, y siete años más tarde el de Reggie Lewis, otro jugador franquicia de una generación posterior, a causa de un ataque al corazón mientras se entrenaba. El tormentoso paso posterior de Rick Pittino, el prestigioso entrenador de la universidad de Kentucky, parecía enterrar definitivamente las opciones de resurrección inmediata.

La llegada de Grousbeck en 2002 abrió una nueva expectativa. El legendario ex jugador Danny Ainge sucedió en la dirección técnica a Chris Wallace e inició un proceso de reconstrucción lento pero seguro basado en la confianza en el técnico Doc Rivers. Primero con jugadores jóvenes y después con la llegada de dos estrellas de primer nivel como Garnett y Allen, los Celtics han protagonizado la mayor mejora de un año a otro de la historia de la liga, lo que le ha valido a Ainge la nominación como Ejecutivo del Año en la NBA.

La recuperación deportiva de la franquicia ha venido acompañada de su saneamiento económico. Según Rich Gotham, actual presidente, los ingresos se han incrementado un 35% desde la llegada de los nuevos propietarios. El informe de Forbes situaba a los Celtics en la undécima posición en cuanto a valor económico cifrando sus ingresos de la temporada 2006/07 en 122 millones de dólares y sus beneficios en unos 19,2 millones. Para tener una referencia, los Lakers, terceros en valoración, logran beneficios de 32 millones.

"Hacía 21 años que no jugábamos una final y era muy importante lograrlo otra vez para seguir forjando nuestra identidad para la nueva organización de los Celtics", manifestaba Gotham.

Las perspectivas son inmejorables: los Celtics vuelven a ser el equipo que más camisetas vende de la liga y han logrado recuperar su éxito del pasado con una imagen de competitividad y gancho para las nuevas generaciones. La continuidad de Kevin Garnett está asegurada hasta 2012, un año más que la de Pierce y dos más que Allen, sus tres estrellas que figuran en las 15 posiciones del ranking de mejor pagados de la competición. Todo un lujo para una ciudad y una afición acostumbrada a la excelencia.

1 comentarios:

Anónimo dijo...

Los fichajes de Garnett y Ray Allen junto a la renovación de Pierce han sido un acierto absoluto. Da gusto ver a un grande renacer de sus cenizas. Un abrazo.