La prima de la verguenza

Martí Perarnau

Lo significativo no es que haya una prima en juego. Al fin y al cabo, el fútbol ha escalado tantas cimas en el mercado del capitalismo salvaje que nadie debería sorprenderse. La profesionalidad de los futbolistas es lo primero que se cita en cualquier análisis de un partido, un entrenamiento o una crisis, así que no cabe la sorpresa sino acaso la constatación de que, salvo el dinero, el resto es palabrería.

Lo llamativo es reflexionar sobre los mecanismos mentales que llevaron al presidente Laporta, y se supone que a sus directivos, a depositar sus últimas esperanzas en un simple estímulo económico. Muy mal debieron apreciar el estado de la plantilla barcelonista como para agarrarse a ese clavo ardiendo que jamás había entrado en sus planes y rompe todas las bellas tesis del círculo virtuoso. Cualquier afirmación previa sobre la capacidad de mando de Rijkaard, el desánimo de los canteranos, la desidia perpetua de las antiguas figuras o la apatía general de la clase media siempre fueron especulaciones, hasta que Laporta ha despejado las nubes. El rey está desnudo.

Al rey Barça no le bastaron los fichajes que estimularían a los supuestos cracks, ni las pretemporadas personalizadas a mitad de temporada, ni los mimos de un entrenador reconvertido en niñera permisiva, ni el maquillaje constante de una prensa aduladora, ni las críticas agitadas o los exabruptos de algunos irritados. Ese vestuario, se nos dice ahora, está descuartizado, pues nada sirvió para devolverle al terreno de los grandes deportistas y el presidente ha tenido que echar mano de lo que jamás imaginó: la chequera. Laporta no llegó a presidente para esto. Laporta, Rosell, Soriano, Ingla y demás concebían el fútbol de otro modo, creían de verdad que el vestuario del Barça era otra cosa. Pero tras estos casi dos años de cruda realidad han llegado donde tantos otros: a ofrecer primas para que el vestuario reaccione. Ocurra lo que ocurra esta noche, la prima habrá sido demoledora.



PD:Valencia 3 Barcelona 2
¡¡¡ELIMINADOS...OTRA VEZ!!!