“Saldrá bien”. Esa fue la profética frase que Pep Guardiola, un gran entrenador en ciernes cuya única experiencia en el banquillo era dirigiendo a los niños de La Masía en Tercera División, dio a un presidente en apuros, Joan Laporta, cuando confió en él para enderezar el camino de un vestuario empachado de éxito y desidia tras la destitución de Frank Rijkaard.
Nadie, ni siquiera los más optimistas, esperaban que aquel enorme jugador metido a entrenador novato consiguiese repetir las dos ligas, las dos Supercopas y la Champions logradas por Rijkaard en sus cinco años en el banquillo azulgrana.
Menos aún cuando el 31 de agosto de 2008 Pep Guardiola dirigió su primer partido de Liga como técnico del primer equipo del Barcelona: su equipo perdió 1-0 en Soria ante el Numancia. Y la cosa fue a peor.
A aquel gol de Mario en el estadio de Los Pajaritos le siguió un empate en el Camp Nou ante el Racing. “Saldrá bien”, se repetía Guardiola. Y, efectivamente, salió bien. Más que bien, casi perfecto. La goleada por 1-6 al Sporting en el Molinón marcó el inicio del reinado del Barcelona en el planeta fútbol: 247 partidos, 179 victorias, 14 títulos y sólo una derrota en una final, la de la Copa del Rey del 20 de abril de 2011 frente al Real Madrid de José Mourinho.
Pero, más allá de los títulos, Pep Guardiola consiguió acuñar una forma de jugar, el ya famoso ‘Tiki-Taka’, que le ha permitido cerrar su ciclo en Barcelona con el honor de haber tenido más posesión que su rival en todos y cada uno de los partidos oficiales. El Barça de Guardiola ha podido ganar, perder o empatar, pero nadie ha conseguido quitarle el balón en 247 partidos.
En estos cuatro años el ‘Pep Team’ ha ofrecido exhibiciones como la final del Mundial de Clubes contra el Santos (4-0) de Neymar, en la que obtuvieron una posesión del 71% con 768 pases acertados por sólo 233 del equipo brasileño. Jugar contra el Barça se convirtió en una pesadilla para los mejores entrenadores del planeta, como Mourinho o Alex Ferguson.
Después de perder la final de la Champions League de 2011 en Londres, al técnico del Manchester United no le quedó más remedio que admitir que el grupo amasado por Guardiola les había dado una paliza y que era “el mejor equipo al que me he enfrentado”.
De La Masía al Mundial
Parte del éxito del ‘Pep Team’ se basa en la confianza en los jugadores de las categorías inferiores, a los que desde niños se les inyecta el ADN Barça: presión, toque y movilidad. “Vuela como una mariposa, pica como una abeja”, que diría Muhammad Ali.
Guardiola saltó por primera vez al Camp Nou el 16 de diciembre de 1990. Fue una experiencia única, irrepetible. En sus cuatro años en el banquillo azulgrana le ha dado la oportunidad a 25 chavales de La Masía de vivir ese momento inolvidable.
En su temporada de debut, Guardiola se sacó de la manga a Sergio Busquets y Pedrito, o ‘Don Pedro’, después de su gran temporada. Además, recuperó del Manchester United a Pique, que se unió al resto de jugadores de La Masía que ya estaban en la primera plantilla: Xavi, Puyol, Iniesta, Messi y Valdés.
Estos jugadores, menos el diablo argentino con el ‘10’ a la espalda, se convirtieron en la columna vertebral de la selección. Luis Aragonés ya empezó a confiar en ellos, pero fue Vicente del Bosque el que les dio la llave de ‘La Roja’. Y ellos le devolvieron la confianza siendo fundamentales en la consecución de la Copa del Mundo de 2010 en Sudáfrica.
Se va el maestro, continúa el modelo
El pasado viernes 27 de abril Guardiola anunció que dejaría el banquillo azulgrana tras la final de la Copa del Rey. El día con el que desde entonces tenían pesadillas los seguidores del Barça ha llegado con sabor agridulce: se ha levantado el trofeo número 14 del ciclo más exitoso de la historia de un club que a la vez perdía al que ha sido su faro guía durante los últimos cuatro años.
El Barcelona queda ahora en manos de su delfín, ‘el hombre tranquilo’ Tito Vilanova. Esta decisión asegura la continuidad del modelo. El ya hoy oficiosamente técnico del primer equipo inicia su andadura en el banquillo blaugrana como Pep lo hizo hace cuatro años. Y Guardiola lo vuelve a tener claro: “lo de Tito, saldré bien”.
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