Leo Messi y Pep Guardiola fueron los protagonistas indiscutibles de la goleada del Barça al Málaga (4-1). El argentino logró un 'hat trick' que le permitió superar el récord histórico de Gerd Müller como máximo goleador en una sola temporada... y el entrenador azulgrana fue aclamado por la 'gent blaugrana' tras haber anunciado su adiós. Pep Guardiola comprobó de primera mano el cariño de la afición en su penúltimo partido en el Camp Nou. La 'gent blaugrana' dedicó innumerables muestras de apoyo al entrenador más exitoso de la centenaria historia del club, que el viernes anunció su adiós al banquillo tras cuatro temporadas repletas de títulos. Nada menos que 13, que podrían ser 14 si el próximo 25 de mayo el Barça vence al Athletic en la final de Copa. La grada se pobló de pancartas para darle las gracias... y también muchos ánimos a su sucesor, su hasta ahora segundo, Tito Vilanova. Se oyeron un sinfín de cánticos de "¡Guardiola, Guardiola!", hubo aplausos para él cuando salió del banquillo... En definitiva, fue una noche de emociones a flor de piel, preludio de lo que espera el sábado ante el Espanyol, cuando se le hará un sentido homenaje por ser su última cita en casa. El 1-0, un gol 'made in Puyol' El Barça saldó su compromiso ante el Málaga sin forzar demasiado la máquina. Con la Liga casi imposible la tensión no fue la misma, pero aún así, después de unos compases iniciales algo flojos, el equipo se entonó y recuperó su ritmo e intensidad. El primer aviso de los andaluces, un lanzamiento de falta de Duda al poste en el 10', espoleó a los azulgranas. Y el 1-0 no se hizo esperar. Messi inició un ataque por la derecha y asistió para Iniesta que, rompiendo el fuera de juego, se internó en el área. El manchego sirvió el 'pase de la muerte' a Puyol, y el capitán, entrando como una exhalación, remachó a la red (13'). Rondón empata El gol no amedrentó al Málaga. Un despiste defensivo local permitió a Rondón empatar, cabeceando de forma impecable en el área un centro a la olla de Gámez (1-1, 26'). Pero ahí empezó el principio del fin para los de Pellegrini. Y el festival particular de un Leo Messi sublime. Empieza el recital de Leo El mejor futbolista del mundo no está dispuesto a que nada ni nadie le aparte de su frenético camino hacia el 'pichichi' -y, por ende, de la Bota de Oro al mejor goleador de las Ligas europeas-. Con su 'hat-trick' ante el Málaga, Cristiano Ronaldo lo tiene un poco más difícil. El primero de su cuenta particular llegó en el 35', después de que el árbitro, Turienzo Álvarez, señalara penalti por un derribo de Gámez a Iniesta al límite del área. El defensa malaguista tenía el pie fuera de la misma al hacer la zancadilla al manchego. Pero el colegiado señaló la falta dentro. El caso es que Leo transformó la pena máxima en el 2-1. El tercero, ya en la reanudación, llevó de nuevo la firma del argentino. Y también fue de penalti. Este, más claro que el anterior, por una clara falta de Duda sobre el propio Messi en el área. Y Leo no perdonó desde los once metros (3-1, 59'). Lo mejor estaba aún por llegar. Porque el 4-1 fue una de esas joyas con las que el '10' del fútbol mundial suele obsequiar a los culés y a todos los amantes del buen fútbol en general. Un golazo con mayúsculas. Al contragolpe. Iniesta le dejó solo ante Kameni con un formidable pase en profundidad desde la media. Messi encaró al meta camerunés. Y lo espectacular fue cómo le dribló: elevando el esférico sobre su cuerpo con un sutil toque picado, precioso. Lo dejó detrás, como si nada. Y, solo a puerta vacía, desató el delirio del Camp Nou (4-1, 64'). El 4-1 fue, además, un gol histórico. Con este tanto, 'La Pulga' superaba el récord del alemán Gerd Müller, vigente desde los 70, como máximo realizador en todas las competiciones en una sola temporada. De momento, suma ya 68 -46 de ellos en la Liga-, uno más que el ex del Bayern. La recta final del duelo fue un monólogo azulgrana. El Málaga puso en apuros a Pinto con dos remates casi consecutivos de Van Nistelrooy (61') y Eliseu (63'). Pero muy poco más. El Barça no necesitó apretar más, aunque hubo más detalles para que la 'gent blaugrana' sonriera. Como la entrada de Afellay por Iniesta en el 75'. El holandés, que había reaparecido el domingo ante el Rayo tras su larga lesión, recibió una ovación de aúpa. Y, por cierto, sin 'don Andrés' en el campo, Messi acabó el choque con el brazalete de capitán en el brazo. Qué mejor fin de fiesta para una noche tan emotiva.
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Hace 6 años
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