Joan Poquí 07/04/2012 02:01
La memoria es muy selectiva, sobre todo cuando es malintencionada, y en el recuerdo de las semifinales de la Champions 2008-09 solamente han quedado las protestas por el arbitraje del noruego Ovrebo en la vuelta, en Stamford Bridge.
Quejas que, por otro lado, ya no provienen de Londres sino que las alimentan medios de comunicación sectarios próximos al Real Madrid o el entorno del actual entrenador blanco, que no tuvo arte ni parte en aquel partido. Aquella eliminatoria, sin embargo, tuvo dos capítulos. Y en el primero, que se había disputado en el Camp Nou, el Barça fue gravísimamente perjudicado con un arbitraje escandaloso.
Wolfgang Stark, alemán, precisamente uno de los árbitros contra los que hace un año Mourinho tiró con bala por expulsar a Pepe por juego violento aplicando el reglamento, escamoteó dos penaltis de libro al Barça y otro, de Terry a Iniesta, algo más discreto.
Los penaltis clarísimos que se comió fueron uno de Ballack a Iniesta, abrazándolo por detrás y tirándolo al suelo, y otro de Bosingwa a Henry, también agarrándolo cuando iba a controlar el balón para rematar.
El propio Iniesta, habitualmente discreto en sus declaraciones, fue rotundo después del partido: "No me habléis del árbitro", pidió el centrocampista (Mundo Deportivo, 29 de abril de 2009, página 14, se puede consultar en la hemeroteca de MD, en mundodeportivo.com).
Iniesta afirmó que "no expulsó a Ballack porque no quiso", en referencia a un manotazo del alemán a la cara de Iniesta cuando ya tenía una tarjeta.
En cambio, no le tembló el pulso a la hora de amonestar a Carles Puyol por protestar, cuando los noventa minutos fueron un compendio de juego duro, rozando la violencia. También hubo un fuera de juego inexistente señalado a Eto'o a los 42 minutos cuando se quedaba solo.
Ovrebo, equitativo
El auténtico robo de la eliminatoria lo perpetró Stark, pero fue un robo frustrado por la inspiración de Iniesta en el minuto 93 en Stamford Bridge tras un partido por el que el árbitro noruego Tom Henning Ovrebo aún recibe amenazas de muerte.
En realidad, en aquel partido Ovrebo dejó al Barça con diez por roja directa a Abidal en una jugada en la que Anelka se dejó caer sin que el lateral llegase a tocarlo y de los cuatro penaltis que le reclamó el Chelsea uno fue por otro piscinazo, en este caso de Drogba. Ovrebo lo que hizo fue compensar las injusticias de la ida y no dejarse intimidar.
Moltes gràcies, gracias, thank you
Hace 6 años
1 comentarios:
Caverna mesetaria sin argumentos...
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