Javier Gascón 14/02/2012 22:29
Alexis, autor de dos goles y Messi han acabado con el maleficio del Barça de la 'era Guardiola' en la ida de los octavos de final de la Champions League. Tras los empates ante Lyon (1-1) y Stuttgart (1-1) y la derrota contra el Arsenal (2-1) en las tres últimas temporadas, el conjunto azulgrana se ha impuesto 1-3 al Bayer Leverkusen y prácticamente sentencia el pase a cuartos. El encuentro, sin embargo, no fue perfecto y el equipo alemán dispuso de demasiadas ocasiones en una fase de descontrol de un Barça muy superior mediada la segunda parte. Un excelente Víctor Valdés evitó males mayores.
A diferencia de lo sucedido en los recientes desplazamientos ligueros, el Barça encaró el partido concentrado y atento desde el primer minuto. Con Sergio Busquets recuperando la titularidad por delante de la defensa tras dos encuentros de baja, la posesión de balón fue totalmente azulgrana desde el inicio. En ausencia del lesionado Xavi, al de Badia le flanquearon en la media Cesc e Iniesta, que también reaparecía en el once inicial. La calidad técnica de los tres centrocampistas, ayudados por Messi en la circulación, intimidó poco a poco al Bayer Leverkusen, que tras presionar en los primeros compases breve e infructuosamente arriba a Puyol y Mascherano (centrales ayer porque Piqué se quedó en la grada por decisión técnica) entendió que era mejor replegarse en su campo.
El supuesto 4-2-3-1 dibujado por Robin Dutt en la pizarra se convirtió en un conservador 4-5-1 que cerró todos los huecos al Barça. Al equipo alemán el balón le duraba un suspiro debido a la excelente presión del conjunto de Pep Guardiola, pero eso le importaba poco. Su obsesión era mantener la disciplina defensiva con la esperanza de poder armar alguna contra letal.
El Barça tocó el esférico con una fluidez inicial que fue menguando en el transcurso de la primera parte. En lugar de abrir el campo con Alexis por la derecha y Adriano por la izquierda, se abusó de buscar el camino hacia el gol por el centro, ya fuese por raso mediante paredes o intentando sorprender con rupturas de jugadores desde la segunda línea. Pero el Bayer se cerró bien y apenas permitió que el equipo azulgrana le creara ocasiones. Una falta lejana lanzada por Alves que se fue alta en el minuto 11 y una llegada de Alexis por la derecha en el 13' que él defensa Schwaab desvió a córner cuando Messi se disponía a rematar fueron dos avisos sin continuidad. Pese a la aplastante superioridad del Barça, Leno, el guardameta del Bayer, apenas tenía que intervenir. Para su tranquilidad, Adriano disparó a las nubes en el 24' y Messi resbaló en el 37' en una buena posición.
Víctor Valdés, salvo en un par de salidas con el pie fuera del área para evitar complicaciones, era un espectador más por lo que si el 0-1 se intuía complicado, el 1-0 ya parecía imposible. Y cuando todo indicaba que en el descanso tocaba hacer algún retoque para romper el 0-0, en el minuto 40 llegó un acción aislada, sin aparente peligro, en la que el Bayer Leverkusen se descolocó por una vez. Messi cazó un rebote casi en el centro del campo y con el rabillo del ojo vio a Alexis y Sergio Busquets entrando como balas en posición correcta. En esa dirección, en profundidad, puso un balón de oro que el chileno, más rápido en la carrera que el de Badia, aprovechó con un toque intencionado pero quizás algo afortunado que se coló entre las piernas de Leno antes de llegar a la red.
En la segunda parte, lógicamente, el Bayer Leverkusen adelantó la línea de presión y asumió más riesgos. Era el momento que estaba esperando el Barça para darle la puntilla al equipo alemán. Sin embargo, la escuadra de Robin Dutt recibió un regalo inesperado en el 52'. Tras una acción en la que los alemanes se llevaron todos los rebotes en balones divididos disputados con más intensidad, Abidal, para evitar el córner, dejó centrar de forma incomprensible a Corluka desde la línea de fondo y Kadlec, emparejado con un Alexis mucho más bajo, remató de cabeza para lograr el 1-1.
Afortunadamente para el Barça, al Bayer no le dio tiempo a recuperar el plan A y replegarse otra vez. Mantuvo tras el empate su apuesta más ofensiva y eso, si las líneas no están juntas, es dar facilidades a los de Guardiola. Tras una rápida circulación de balón, Cesc vio el desmarque de Alexis en el 55', le asistió de forma genial y el chileno, esta vez con mucha calidad, dribló a Leno y marcó a portería vacía el 1-2.
Sorprendentemente, este Barça irregular de 2012 no supo controlar el partido pese a su ventaja en el marcador y su fútbol de toque. Sin hacer nada del otro mundo, el Leverkusen se plantó ante las narices de Valdés con decisión y verticalidad. El portero azulgrana fue providencial para poner manos milagrosas en los disparos de Renato Augusto (56') y Gonzalo Castro (63'), desviando el zurdazo del último al poste. En medio de ambos sustos, Thiago entró por un fatigado Iniesta para mantener la posesión.
Aunque sin dar una imagen de gran seguridad, el Barça controló mejor las productivas embestidas de su rival al mismo tiempo que buscó la puntilla. La mala suerte se cebó con Messi en el 71'. El argentino protagonizó una genialidad de las suyas, dejando atrás a tres defensas con un autopase desde un córner y picando el balón sobre la salida de Leno con poco ángulo y con la desgracia de que se estrelló en el poste. Poco después Pedro, sustituto del lesionado Adriano, falló un control cuando ya encaraba a Leno tras gran pase de Messi.
No llegaba la sentencia y eso daba vida al Bayer. Dutt dio entrada a Kiessling, su mejor rematador en ausencia de Derdiyok y Ballack, y el ariete tuvo el empate en el 77' nada más salir, pero su cabezazo murió en las manos de Valdés.
Fiel a su filosofía, el Barça decidió buscar el 1-3 en los últimos diez minutos en lugar de defender el 1-2. Leno lo impidió en remates cruzados de Messi y en un cabezazo de Alexis, que hasta se atrevió a la salida de un córner antes de ser suplido por Cuenca en el 85'. Al final la insistencia de Messi tuvo premio y en el 88' logró el 1-3 tras combinar con un generoso Alves.
martes, 14 de febrero de 2012
1-3: El Barça acaricia los cuartos de final de la Champions con una rotunda victoria en Leverkusen
viernes, 10 de febrero de 2012
Florentino no quiere al Barça en el Bernabéu
Uno de los hombres más felices en el mundo el 28 de abril de 2010 era Florentino Pérez. El presidente madridista debió celebrar como un interista más la clasificación del equipo de José Mourinho para la final de la Champions. Los italianos acababan de eliminar al Barça en el Camp Nou y el madridismo se ahorró recibir las hordas blaugrana en el Santiago Bernabéu.
Tan contento estaba, tan pletórico se sintió, que acabó regalando el banquillo del Real Madrid al técnico portugués. Más adelante le regalaría el club entero y, de paso, su señorío. El mismo que ahora brilla por su ausencia al querer evitar, a toda costa, que el Barça pueda levantar un nuevo trofeo. La Copa la valoró el Real Madrid la pasada temporada como uno de los títulos más importantes de la historia y, quizá por ello, no quiere que los de Pep Guardiola la ganen en su propia casa. Es como si el vecino, al que no soportas, se colase en tu cocina para enseñarte su nuevo reloj, de los caros.
Algo así pasó en 1997, cuando el Barça se impuso al Betis en la final de Copa, que se jugó en el Santiago Bernabéu. Los blaugrana ganaron con goles de Figo, Pizzi y otra vez el portugués, esta vez en la prórroga. Pero la imagen que quedó para la historia fue el paseo que se dio el entonces vicepresidente Joan Gaspart, que lució su bufanda blaugrana dando la vuelta al estadio. No conforme con ello, también se las ingenió para que el himno del Barça sonara hasta tres veces en el Bernabéu. Gaspart sobrepasó todos los límites y aquello no lo ha olvidado nadie. Las heridas siguen tan abiertas que Florentino Pérez evitará acoger la final. Las obras de remodelación del estadio son solo una excusa, lícita si se quiere, pero excusa al fin y al cabo. El Real Madrid está en su derecho de decidir lo que quiera.Pero...caballero del honor...
viernes, 3 de febrero de 2012
Increíble: los árbitros castigan igual a Messi que a Pepe
Gabriel Sans | Barcelona 03/02/2012 02:01
El mundo al revés. A Messi, un especialista en llevar el balón cosido al pie, en crear en lugar de destruir, le han pitado en Liga el mismo número de faltas que a Pepe, defensa leñero y agresivo en su juego. 16 por 16 en estas primeras 20 jornadas, según las estadísticas oficiales. Algo no cuadra. O con el argentino los árbitros se exceden o el portugués tiene bula.
Y lo que también resulta más inconcebible aún: al central del Real Madrid le han mostrado una amarilla más que a Leo (5 por 4), dos de ellas fueron por una expulsión en Sevilla. Protestar o tocar el balón con la mano se penaliza de igual forma que las entradas de una dureza extrema. De hecho, Pepe suma 27 amarillas y 3 expulsiones con el Real Madrid y Messi, 19 y cero. Vamos, igual comportamiento. En la Copa, más de lo mismo. La colección de entradas de Pepe es un catálogo del horror. El pisotón a Leo quedó sin amonestación y mientras la justicia deportiva se lavó las manos, el presidente de los árbitros clamó por no haber sido sancionado, aunque tarde.